Una persona comparte habitualmente su posición para, por ejemplo, coger un taxi. La comparte porque quiere que le venga a recoger justo en el sitio donde está esperando. Compartir la posición geográfica es algo a lo que estamos habituados. Además, si aprovechamos la relación entre los lugares en los que estamos y posibles intereses de las personas, podemos hacerles llegar mensajes apropiados en los mejores momentos. ¿Por qué me podría molestar que me mandasen ofertas interesantes justo en el momento en que estoy en mi tienda de compra habitual? ¡No hay momento más óptimo!
Diferentes fuentes de información geo proveen de datos sociodemográficos, puntos de interés, movilidad, tráfico, consumo, y muchas más. Combinando todas estas fuentes podemos saber qué personas están en qué lugares y cuándo. Y esto da lugar al nacimiento de un nuevo concepto, Geoaudiencia, una audiencia anónima, contextualizada a los datos geográficos y con consentimiento en beneficio propio para ser impactada en base a su ubicación geográfica.
Viendo por dónde se mueven las personas podemos estimar dónde consumen, cuándo, qué, cómo, además de cómo se relacionan y en qué tipo de eventos o lugares. Con ello, podemos exponerle geográficamente a publicidad con contenidos apropiados, de manera que seamos menos intrusivos.